Entre las colecciones canónicas de la época intermedia, no hay ninguna más completa, más pura y más asombrosa que la Hispana. Contiene las cuatro grandes series conciliares (griega, africana, gala y española), ciento tres decretales y algunos anexos.
Esta obra supone una reconstrucción del Códice Lucense o de Lugo, que forma parte de esa Colección Hispana.